El cañón del río Lobos, de unos 15 kilómetros de largo, se extiende desde las proximidades de Ucero (Soria) hasta Hontoria del Pinar(Burgos). El complejo cárstico en el que se encuentra el cañón, por cuyo fondo corre el río Lobos, es de los más interesantes de España, con numerosas cavernas y simas de variadas dimensiones. Declarado Parque Natural en 1985, y ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves) en 1987, constituye uno de los entornos naturales más atractivos de la provincia de Soria. La proximidad de Ucero, del Burgo de Osma, con su notable catedral del s..XIV, la de Gormaz, con las ruinas del castillo del Cid, Berlanga de Duero, también con castillo, Calatañazor, de históricas reminiscencias, San Esteban de Gormaz, Osma, etc., dan ocasión de completar el paseo por este espacio natural con la visita a cualquiera de estos interesantes pueblos. Los accesos se realizan por los municipios de sus extremos y por la parte central por el lugar llamado Puente de los Siete Ojos.
En el Parque Natural del Cañón del Río Lobos se asienta la preciosa Ermita de San Bartolomé. Este lugar pertenece al Comunero y Comunidad de San Bartolomé, regido por los tres pueblos colindantes: Herrera de Soria, Nafría de Ucero y Ucero.
Parece que originalmente fue la iglesia del convento templario de San Juan de Otero, aunque tal extremo no está del todo claro.
El lugar en que se encuentra, de extrema y misteriosa belleza, que fue usado por poblamientos de la Edad del Bronce y por eremitas en época visigoda, era el ideal para el retiro místico de los templarios.
La Ermita de San Bartolomé del Cañón del Río Lobos es un lugar para visitar sosegadamente e inspirar el aire espiritual que allí se vive (aunque el creciente flujo turístico que atrae este emblemático lugar en fines de semana lo hace difícil)
La iglesia fue construida en las primeras décadas del siglo XIII, en estilo románico muy tardío y sobrio, al gusto cisterciense, y con una bella impronta oriental como corresponde a las obras templarias. Para Teodoro Ramírez los canteros constructores pudieron provenir de la región francesa de Aquitania. Tras la supresión de la Orden del Temple fue confiscada y convertida en abadía, pasando posteriormente a ser administrada por la villa de Ucero.
Lo recóndito del enclave y la función estratégica y de peregrinación del Cañón debieron ser, junto con otras circunstancias, las razones que impulsaron a los monjes guerreros de la Orden del Temple a establecerse en este enclave equidistante de los dos puntos más extremos de la geografía peninsular, los cabos de Creas y Finisterre, como descubriera anos atrás Juan García Atienza.
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